El partido entre España y Sudáfrica venía pintado muy diferente que el de hace una semana, los sudafricanos tenían una trayectoria ascendente tras ponerles muy difíciles las cosas a los brasileños, y los españoles habían perdido ante una sorprendente Estados Unidos. Del encuentro se podía percibir la poca intensidad, ya que sobre todo los españoles estaban pensando más en Ibiza, Oviedo o Punta Cana que en el choque ante los sudafricanos. Solo invitaba a verlo la capacidad de Sudáfrica ante otro rival fuerte y si los españoles se podían despedir con un sabor dulce del torneo. Además, el partido había perdido el ingrediente de observar a Fàbregas tras su magnífico partido ante E.E.U.U., ya que es especular, pero parece que la relación Del Bosque-Cesc no anda muy bien. En lo meramente deportivo, solamente hubo algo de emoción tras el primer gol sudafricano y los tres goles en los últimos cuatro minutos.
La primera parte comenzó con la sorpresa de ver a Cesc en el banquillo y con la sorpresa de apostar por 7 jugadores "titulares" en un partido que nno revestía mucha importancia para la mayoría de españoles. Hubo mucha posesión de los europeos en la primera parte, pero de nuevo sin profundidad, hechando en falta a un Silva, un Iniesta o un Fàbregas; alguien que logre enganchar entre líneas la zona de transición y la delantera, el típico "10" argentino. Lejos de esta observación, España estuvo bastante sólida en defensa, con la presumible pareja de centrales para después del Mundial, y bastante volcada a la izquierda. En cuanto a ocasiones, únicamente en una jugada tuvo que intervenir Casillas; y Khune tuvo que estirarse para despejar un muy buen tiro de Villa al poco de comenzar el encuentro.
La segunda parte empezó igual que en la primera, con falta de conexión entre el mediocampo y la delantera por parte de España, y con más ganas por parte de Sudáfrica. Del conjunto sudafricano destacaría al interior izquierdo Tsabalala, que no jugó hasta el partido ante Brasil y que a conseguido afianzarse en ese puesto demostrando una enorme calidad en su pierna zurda. Lejos de eso, el partido fue por las vías del primer tiempo hasta los cambios de ambos equipos, ya que Güiza y Mphela salieron desde el banquillo para anotar los goles. Antes de los cambios España dio un primer aviso a los "bafana bafana" en el 48, cuando
Busquets anotó y le anularon el tanto por presunto fuera de juego. A quince minutos del final llegó el primer gol del encuentro, el de Sudáfrica, tras una jugada embarullada dentro del área. A partir de ese momento el partido se animó y España se volcó un poco más hacia la portería sudafricana en busca del empate. Así, en el minuto 87 le cayó el balón a Dani Güiza en la frontal, que tras un excelente control con el pecho la metió por el palo corto en una formidable definición. Un minuto después parecía que se terminaban las esperanzas sudafricanas con el segundo de Güiza tras un centro que se coló por el segundo palo. Pero como decía, parecía que se terminaban las esperanzas sudafricanas, ya que en el último minuto les concedieron una falta desde unos 35 metros a los sudafricanos; la falta la ejecutó con un auténtico trallazo a la escuadra Mphela, lo que llevaba a la prórroga.
El tiempo suplementario llegaba un poco más animado por los tres goles en menos de cinco minutos, además, España había retomado el espíritu ganador y fueron totalmente a por el partido. Sudáfrica se quedó prácticamente sin opciones en los últimos treinta minutos, únicamente un mano a mano entre Casillas y Mphela que sacó el madrileño con el pie. Pero a los dos minutos de comenzar el segundo período de la prórroga, España tuvo una falta lateral y marcó Xabi Alonso para decantar el partido a favor de los suyos y con la victoria, el tercer puesto en el bolo que se ha inventado la FIFA. España se va de este torneo con dos récords igualados, una derrota sorprendente ante una fuerte E.E.U.U. y con muchos deberes para Del Bosque de cara a la cita mundialista.
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